Ayer a la
una y media comenzó una tormenta con lluvia, rayos y truenos. Entonces pensé que, o Miguel Hernández
escribió El rayo que no cesa por haber vivido una experiencia parecida o para
darme a mi la oportunidad de hacerlo, usando el título de un poemario suyo.
Estaba almorzando
en mi terraza, que está techada y cerrada con cristales, y mientras lo hacía
observaba aquella cortina de agua violenta junto a unos rayos luminosos con
truenos. Me acordé entonces de aquello
que dicen sobre ellos; que se forman cuando las nubes se pelean unas con otras
y al pegarse forman lo que forman. Así
que pensé en Noé y me dije: a éste le
tienen que estar doliendo los juanetes. De
modo que, entre lluvia, truenos y rayos que no cesan, me olvidé por un momento
de la crisis.
Bendita tormenta si ayudó a que te olvidarás de esta crisis y sus consecuencias. El buen humor siempre es un buen aliado, sin duda.
ResponderEliminarTU SIMPATÍA SIEMPRE APARECE EN TUS RELATOS, ERES INIGUALABLE.
ResponderEliminar