Aprovechó
que ya todos dormían para volver a leer un viejo cuento. Eran tres cerditos llamados Jesús, Juan y
Pedro. De los tres hermanos, solo Pedro
era trabajador y ahorrador, e intentaba darle buenos consejos para que todos
prosperasen. Jesús empezó a hacer una
casa pero se gastaba todo en irse de juerga por lo que la hizo de paja. Su hermano Pedro le advirtió que se
derrumbaría. Juan también quiso hacer la
suya, pero se gastaba todos los ahorros en viajes y lujos, y la hizo de
cartón. Pedro también le advirtió que se
derrumbaría.
Pedro,
mientras tanto, seguía ahorrando y sacrificándose para hacer una casa fuerte y
firme, e incluso pidió un préstamo para poder terminarla. El tiempo pasó y las casas de Jesús y Juan se
cayeron, por mal hecha. Sin embargo, el
gobierno les dio una nueva casa a cada uno de ellos porque no tenían donde
vivir.
A Pedro, el
banco le embargó la suya porque dejó de pagar unas cuotas, por ayudar a sus
hermanos, así que visto lo visto y comprobados los hechos, la moraleja que de
ello podemos sacar es: ¡no te compliques y vive la vida!.
¡Vaya! Si no se tratara de tres cerditos, juraría que la historia dibuja de algún modo la actualidad en la que nos movemos. Muy buena la idea de jugar con la realidad para observarla desde una perspectiva nueva que, aunque lúdica, cuestiona e invita a la reflexión.
ResponderEliminarBuena, muy buena, tu redacción, que con tu ingenio, has sabido llevar hasta la cruda actualidad que se vive hoy en día.
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