Entré de
puntillas al libro que quería terminar de leer, porque sabía que si se daban
cuenta, me llamarían la atención por quedarme leyendo hasta el amanecer. Aquel era mi libro favorito y en aquel
momento lo era todo para mí. Era como si
estuviese encantado, como si fuese mágico y me llevara con él…, a vivir mil aventuras
hasta que… amaneció y volví… de puntillas, como me había ido. ¡Qué gusto me di!.
Es una suerte encontrar un libro mágico como este, aunque hay muchos de ellos por ahí, en busca de un lector. Has sabido contarnos muy bien la emoción que se siente cuando uno se encuentra con uno de ellos, Paula.
ResponderEliminarQuerida compañera: No conocía yo, esa rama romántica y poética que desprende tu bonita narración. Felicidades.
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