Te digo que soy ateo;
yo únicamente creo en las pelas, pero
como estoy tan solo, tú lo que quieres es que entre en el catolicismo y que
pase por el confesionario para charlar todas las tardes, ¡qué gracia!. Puede que si le cuento al cura mis andanzas y
le anime…¡hasta me acompañe a mis
movidas!. Bueno, si lo llevo a mi
terreno, me perdonará mis pecados y de paso…¡charlamos!
El ejercicio consistía en hacer tuyo un relato ya existente, para reescribirlo en otro contexto y con tu propio estilo. Lo has hecho tan tuyo que no se parece en nada con el original. Me quedo con este, por su chispa y agudeza, ¡sin duda!
ResponderEliminarNo pierdas tu esencia. Sales por peteneras y resulta atrayente todo lo que escribes. Muy bueno.
ResponderEliminarYo tenía un compañero de trabajo que se confesaba ateo, pero siempre imploraba Dios, hasta que yo le dije que
ResponderEliminarsi era tan ateo, para que llamaba tanto a Dios. Mª Dolores.