Helen siempre decía que tenía ganas de estar sola y en silencio. Por tal motivo, en cuanto tuvo ocasión, se fue a vivir una temporada a una pequeña casa situada en medio de una finca solitaria. Los vecinos más próximos distaban unos cuantos kilómetros del lugar pero, eso no era un problema sino precisamente lo que ella reclamaba.
Instalada en
la finca y transcurrida la primera semana, todo marchaba con normalidad pero,
por alguna razón, ya no pensaba lo mismo.
No tenía con quien hablar, no podía intercambiar opiniones ni comentar los
acontecimientos del día a día. Helen
empezaba a sentirse aislada, sola, bloqueada…, así que decidió que aquella
noche sería la última en esa situación; a la mañana siguiente volvería a la
ciudad y reconocería que el retiro no era lo suyo.
Con esa
idea, se acostó más temprano que de costumbre, pensando que así se le haría más
corta la espera hasta la llegada del amanecer.
El silencio se podía cortar, no se oía ni un murmullo, ni una brizna de
aire, ni el trinar de los pájaros… Helen comenzó a inquietarse y el silencio
del miedo la invadió. No hay nada peor
que oír nada, sólo los latidos acelerados del corazón dando la sensación de que
se va a salir del pecho. El terror se
apoderó de su cuerpo y de su espíritu, estaba estremecida. En ese momento oyó el rumor de unas pisadas y
un golpe seco en la puerta de la casa.
No podía controlar las palpitaciones de su ánimo y quedó indefensa en el
lecho, sin poder pensar ni moverse.
Alguien abrió con sigilo la puerta y encontró a Helen desfallecida por
el miedo. Era su amiga, que había
vaticinado que a Helen le iba a ocurrir algo desagradable. Las chicas se fundieron en un eterno
abrazo.
-¡He pasado
la peor experiencia de mi vida en este paraje remoto! ¡Odio la soledad!- exclamaba
Helen, mientras reflexionaba sobre lo que le había ocurrido.
El silencio
absoluto puede producir tristeza, desánimo y, lo peor de todo, ¡miedo!. El miedo invade el ánimo de las personas, es
un sentimiento difícil de eliminar y suele dejar huella.
Atmósfera claustrofóbica del relato bien lograda. Se palpa el miedo y la soledad. Bien narrado, mantiene la intriga hasta el final.
ResponderEliminarSigue con tus piropos. Me encantan y me dan ánimo para seguir adelante. Un Abrazo.
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