Esta es la historia
de Marta y Raúl; una pareja que se
conoció en el colegio y que empezó a salir
muy pronto, porque estaban muy enamorados y sentían adoración el uno por
el otro.
El padre de
Raúl no estaba de acuerdo con ese amor porque eran demasiado jóvenes y deseaba
que su hijo estudiara y fuera a la universidad y temía que aquella relación se
lo impidiera.
Un día,
cuando estaban en el parque esperando entrar a clase, Marta le dijo a su novio
que estaba embarazada. Él se quedó mudo
por la sorpresa.
-¿No estás
contento? ¿No deseas al niño?- le preguntó ella al ver su reacción.
Él, una vez
pasada la impresión, le dijo que sí, que deseaba ver su carita, que no se
preocupara, que todo se arreglaría. Se
casarían y criarían juntos a su hijo.
Cuando el
padre de Raúl se enteró del embarazo, se enfadó muchísimo y le echó la culpa a
Marta de que su hijo no pudiera seguir estudiando. Le dijo que se marchara de su casa, que no
quería volver a verla por tener atado a su hijo. Entonces, Raúl intervino:
-¡Papá! si
Marta se va, yo también me voy. ¡Estamos enamorados y queremos estar juntos con
nuestro bebé!
Los dos se
marcharon y, al cabo de unos meses, nació un precioso niño que se parecía a su
papá. Raúl se sentía muy orgulloso y a
un mismo tiempo, triste porque su padre no quería compartir su felicidad.
Cuando llamó
a su padre para decirle que ya era abuelo, se enteró que estaba gravemente
enfermo. Fue a verlo y a su padre,
sorprendido, se le llenaron los ojos de lágrimas pues no esperaba que su hijo
le hubiera perdonado. Raúl le dijo que
tenía un nieto y su padre le pidió perdón a él y a Marta. Los dos se abrazaron llorando. Fue un reencuentro muy conmovedor.
Este es un relato sobre el efecto sanador del perdón. Muy emotivo.
ResponderEliminarConmovedor relato. Esos casos se daban hace algún tiempo pero, no siempre el joven era responsable de sus actos para hacerse cargo de su hijo. La mujer siempre pagaba el pato. Me gusta que este caso se resolviera de modo diferente.
ResponderEliminar