Había dos equipos de bolas criollas y uno de ellos quería
ganar a toda costa. Para lograr su
propósito, el capitán del equipo de segunda división que anhelaba subir a
primera a como diera lugar, puso unas gotas extrañas en el vaso del
capitán del club rival. Yo fui testigo
de esto y me he preguntado toda la vida cómo y por qué existen personas que son
capaces de cualquier cosa por ganar una competición deportiva. A pesar de eso, sigo creyendo en la buena fe
en el deporte porque sé que son mayoría aquellos que ganan dando en el blanco,
sin hacer trampas.
Aquel valiente capitán llevó a su equipo a la victoria
porque, aún sintiéndose enfermo y con diarrea, ganaron el partido. Aquel valeroso capitán era mi esposo.
Que este breve relato nacido del emocionado recuerdo y del amor, sirva como homenaje a la memoria de aquel valiente capitán; tu querido esposo, Paula. Un abrazo
ResponderEliminarBONITO RELATO EL TUYO. TRIUNFÓ EL MEJOR Y MÁS HONRADO
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