Jaime
y Ana son un matrimonio que, en su juventud, emigró a Alemania. En ese país nacieron sus hijos y trabajaron
durante veinte años. Habían hecho unos
ahorros con la ilusión de volver a España y construir su casa.
Al
volver a su pueblo, cumplieron su sueño de tener un hogar. Con el resto de los ahorros, abrieron una
cuenta en el banco para, según ellos, vivir de las rentas.
Ahora, uno de sus hijos les comunica que va a
casarse. Ellos, muy entusiasmados
deciden sacar algo de sus ahorros para ayudarle. Al día siguiente se disponen a ir a la
sucursal. Hablan con el director, a
quien conocen de toda la vida y le cuentan su decisión. Cuando lo hacen no pueden dar crédito a la
respuesta que les da: no pueden disponer de su dinero.
El
matrimonio, abatido y muy triste por la terrible noticia, regresa a su casa sin
poder reaccionar. Se miran el uno al
otro pensando que, después de tantos sacrificios y de años de duro trabajo
fuera de su tierra, se han quedado sin blanca, no disponen de nada para ayudar
a su hijo.
Historia tan coincidente con la actualidad que emana un realismo brutal; pareciera que en este caso cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia, ¿verdad?.
ResponderEliminarCASOS COMO EL CONTADO POR TI SON MUY FUERTES Y, OJALÁ EN ESTA ÉPOCA DE CRISIS NO TENGAMOS QUE OÍR QUE PASEN ESAS COSAS TAN DESAGRADABLES A PERSONAS TRABAJADORAS QUE HAN PODIDO AHORRAR ALGO PARA PASAR MEJOR LA VEJEZ, SI ESTA LLEGA.
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