lunes, 17 de diciembre de 2012

ILUSIÓN TRUNCADA de Carmen Margarita






Con toda la alegría y la ilusión del mundo, me puse con los preparativos.  Aquel siempre había sido uno de mis sueños, formando parte de mis fantasías de juventud.  No hacía sino pensar en lo guapa que estaría con aquel vestido azul, como el de la protagonista de la obra que iba a ver.  No había podido dormir pensando en la noche de fábula que iba a pasar.
Me puse a planchar mi vestido azul.  De repente, me percaté de que, frente a mi ventana, alguien había colgado un cartel anunciando la función.  Me quedé embobecida observándolo, sin dejar de pensar lo guapa que iba a estar.  Así estuve hasta que llegó a mi nariz un olor a quemado. ¡Oh, Dios mío! ¡Pobre vestido azul!.  Después de todo aquella noche no iba a ser tan buena…



2 comentarios:

  1. Reveses que te truncan los planes y te apagan los sueños. Se percibe, sin embargo, en el relato, una pausada resignación bañada con ligeras dosis de buen humor. Muy bien, Carmen

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  2. Te quedaste sin tu bonito vestido azul y, se fueron al traste las ilusiones pero, no importa, seguro que llegaron otras nuevas igual de deseadas y aún mejores.

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