¿Otra vez Navidad? ¡No puede ser! Si
aún no he digerido la anterior. Ayer
mismo pagué el penúltimo plazo del crédito de mil euros que pedí para hacer
frente a los gastos de la última Nochebuena.
Eso sí, a pagar en doce cómodos plazos, a razón de ciento cuarenta euros
cada uno. ¡Cuánta usura! ¡Hay que ver cómo pasa el tiempo! Regresan las fiestas
otra vez.
¡Mi vecina este año puede tener todo
lo que le dé la gana! No pienso imitarla. ¡Aunque me lo pase por las narices,
como de costumbre!. Que si langosta, que si percebes, que las vieiras, que el
paté…, luego el jamón ibérico de pata negra, el pavo relleno de no sé cuantas
cosas, los vinos y licores de la mejor calidad…, amén de los exquisitos
postres. En resumen, lo que tenga ella
en su mesa, será lo mejor de lo mejor; ¡qué le aproveche!.
Este año en casa no habrá
despilfarro, ¡ni quebraderos de cabeza!.
Una cena sencilla, hecha con amor, compartida con la familia para
disfrutar todos reunidos. Los regalos,
suprimidos, ¡es lo mejor!. Para que Papá
Noel descanse en Laponia un día tan especial.
El día seis de enero vendrán los Reyes Magos, los que se encarguen de la
tradición, obsequiando a los niños de cada hogar con algún presente.
Recomiendo por experiencia que a
nadie se le ocurra solicitar créditos para cosas superficiales. Lo importante es la salud y la unión familiar
para alegrarse en estas fiestas. ¡Muchísimas Felicidades!.
Buen consejo, Mary. La sensatez en los gastos superfluos es más necesaria que nunca en estos difíciles tiempos que vivimos todos.
ResponderEliminarLa publicidad en estos momentos está incitando a solicitar prestamos para pasar unas felices fiestas. ¡Que ingenuos los que hacen caso de esos anuncios!
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