-Quisiera que alguien me dijera por qué –dijo Ángela,
observando con desconsuelo el ojo de Juana.
La historia era lo de siempre; el machismo.
El marido de Juana se fue solo a correr el carnaval, con
gran enfado de su mujer. Ella, cabreada,
decidió ir disfrazada a ver si lo trancaba en algo y así fue.
En el Parque Recreativo, llamado por los chicharreros
¡Restregativo!, Juana vio a su marido pegadito a una gorda culona y
pechugona. La rabia era grande, pero se
colocó cerca de ellos hasta que, en cuanto pudo, lo sacó a bailar. Ella se restregó, lo provocó de todas formas
hasta que lo…armó. Entonces, lo soltó y
se fue a casa.
Pasadas las horas, llegó él y ella le pregunta qué tal la
fiesta. Bien, di un paseo, le responde. ¡
Tú eres un sinvergüenza!, repuso ella, contándole con pelos y señales lo que
había hecho. Al verse burlado, con furia
le soltó un tortazo.
Se perdonaron y vivieron hasta cumplir más de noventa.
- ¡Cosas de carnavales! – fue la respuesta que, muchísimos
años atrás, Juana le había dado a
Ángela.
Muy hábil la idea empezar por el final de la historia. No le roba interés sino que, por el contrario, le añade el deseo de conocer el porqué que busca Ángela. Buen trabajo.
ResponderEliminarTu desmesurado ingenio, hace que estemos pendiente de lo que escribes. Nunca defraudas, cada historia mejor que la anterior.
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