Él se había cansado de decirle que no tenía ninguno. Pero no
era verdad; todos tenemos un punto débil y Patricio no iba a ser un excepción.
A él le gustaba ser el centro y ver a las demás personas girando a su
alrededor. Sus amigos más íntimos lo apodaban Patricio Jueves, y aunque le
hacía gracia, desde su altura, él no
alcanzaba a comprender el significado con que los demás se lo decían. Cuando
querían conseguir algo, sólo con elogiarlo y reírle las gracias, ya él
terminaba bailando al compás de cualquier música que le tocasen. Su punto débil
era el peor que cualquier ser humano puede tener: aquel que anula la
personalidad.
En tu relato, es la descripción del punto débil de alguien, que cree no tener ninguno, quien define al personaje. Me gustó mucho que usaras este hábil recurso. Excelente
ResponderEliminarTodos tenemos un punto débil, lo malo es no reconocerlo. Me parece muy interesante tu modo de ver y expresar como una persona se puede creer que es el centro del mundo..
ResponderEliminarConciso, directo y verdadero. No por añadirle florituras sería más cierto. Un abrazo
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