Él se había cansado de
decirle que no tenía ninguno.
-Como su mismo nombre
indica, eso es cosa de débiles –repetía Patricio, cuando su amigo le pedía que
le enseñara algún método para evadirse de sus responsabilidades, poder privarse
de los preceptos constitucionales a los que estaba sometido.
Patricio sugirió la
obligación de dar la cara para resolver lo que él mismo había creado. Si fue
tan valiente para quedarse con lo ajeno, adueñándose de lo que no le
corresponde, tenía que ser fuerte para aplicar soluciones a los problemas.
Siguiendo con gesto
severo, Patricio continuó su recriminación, espetándole con energía
–¡¡Devuelve lo que no te pertenece!!,
sincérate contigo mismo, todo ocurre, por no servir desinteresadamente a los
otros. En el mundo real no se posee todo.
El amigo avergonzado
se alejó, para volver a su cruda realidad.
No puedo evitar comentar, porque viene muy pero que muy a propósito, que más de un personaje real con nombre y apellidos muy conocidos, deberían tomar nota de lo que dice Patricio.
ResponderEliminarNo dices que profesión tiene Patricio, yo intuyo que muy bien puede ser político.
ResponderEliminarMary, El político es el amigo. Patricio es su asesor.
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