Querida Cenicienta:
Espero que al recibo de estas letras te encuentres
bien en compañía de tu familia. Con lo
que te costó casarte con el Príncipe Azul, ahora sé que eres feliz con tus seis
hijos y, pese a que tu marido tuvo que renunciar al trono, ahora están aún más
contentos pues él dispone de todo el tiempo para estar pendiente de ti y de los
niños. Me contaron que, cuando estaba en
palacio, malamente lo veías. Es que
algunos tienen la suerte de vivir como en cuento, pero no creas, yo me alegro
cantidad de que sean tan felices
Tienes razón, Elda. Tanta y tan permanente felicidad, me parece que solo se vive en los cuentos; la vida real está llena de matices, sí, pero al menos tenemos los pies sobre la tierra.
ResponderEliminarLa felicidad tan dosificada para algunos y tan generosa para otros; esto último, no me lo creo. Me parece que todos tenemos momentos de felicidad y solo eso. Me encanta tu forma de escribir.
ResponderEliminarEl príncipe de la cenicienta, pertenece a muestros días, pues en aquella época los hombres no se sacrificaban
ResponderEliminarpor las mujeres. Dolores.