martes, 11 de marzo de 2014

LA SIRENITA de Carmen Margarita





Felipe se fue de viaje porque se sentía muy estresado, con tantos problemas como tenía.  Al llegar a Estocolmo, le pareció una ciudad interesante y después de descansar un rato, salió a pasear. Entró en un bar y, al momento, se percató de una chica rubia con cuerpo de sirena y pensó que parecía sacada de un cuento.  Se levantó y se acercó a ella.  Se miraron y eso fue suficiente para sentir algo especial.  Pasaron toda la noche juntos, como si se conocieran de siempre.  Por minutos, nacía el amor, la ternura; florecían todos los sentimientos.   Así llegó el amanecer y Leti, que es como dijo llamarse, le dijo que iba al baño.  Pasó una hora sin que ella volviera.  Felipe, entonces, decidió salir a dar un paseo a la orilla del mar.  De pronto, se estremeció, quería moverse y no podía.  Frente a él, en una roca, vio una sirena de bronce. ¡Qué sorpresa tan triste!; era Leti.  Lloró desconsoladamente, después de lo cual, prometió volver todos los veranos, por si volvía a abrirse el cuento para volver a repetir el sueño que había vivido.  Ya saben, escenario y protagonistas de esta historia son lo único irreal de este relato. 



3 comentarios:

  1. Un cuento se abre para jugar por unas horas a ser real; muy interesante el recurso narrativo que has utilizado para este relato, Carmen

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  2. Tus realidades envueltas en una historia ficticia e interesante. El cuento puede abrirse en cualquier momento y el final será feliz.

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  3. Nunca se debe dejar de soñar. Buen relato. Mª Dolores.

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