En un glorioso día,
envuelto por un silencio de acero, Hespérides se levanta con la sola idea de
cambiar su destino. Necesita sentirse viva y para eso debe huir de su lugar de
residencia. Ha escuchado, por medio de las ondas electromagnéticas que, frente
a la costa africana, existe un archipiélago donde sus habitantes saben gozar la
vida, más concretamente, en la isla llamada Tenerife. Ésta misma posee un
carnaval, en el que sus gentes se disfrazan y pasean por las principales calles
de la capital, Santa Cruz. El menor Pluto,
le aconseja que no se marche pues los peligros acechan fuera del espacio
sideral.
Hespérides no le hace
caso, se prepara tomándose un buen
desayuno. A continuación, sube a la nave intergaláctica, decidida a salir a la
galaxia en la que se halla, prisionera de sus miedos. Vistiendo un moderno traje de latón, que
cubre su voluminosa cabeza, por un bien
colocado almete, intuye que pasará como una más del pueblo. Todos creerán que forma parte de la
fiesta, tal vez podía sucederle una simpática carnavalada, procedente de la
algarabía.
La nave traspasa la atmosfera, dentro
de breves minutos aterrizará. Hespérides se considera preparada para asumir
riesgos, su corazón galáctico late con fuerza, a la vez que exclama:
-¡Ya he encontrado un lugar para cumplir mi objetivo! ¡Eureka!.
-¡Ya he encontrado un lugar para cumplir mi objetivo! ¡Eureka!.
Trabajando el absurdo con estas Fruslerías, demuestras una vez más tu capacidad para enfrentarte a cada nuevo reto propuesto en el taller. ¡Bravo!
ResponderEliminarLas cosas siderales que solo los científicos comprenden, contigo resulta fácil comprenderlas. ¡Eres fantástica.!
ResponderEliminar