Me dispongo a empezar
a ver si de momento improviso alguna cosa que me ponga orgullosa y a los demás
contentos. Qué bello se ve el día cuando amanece, esto es digno de aprovechar,
pues queremos celebrar algunos días en reunión ya que, a mucha velocidad, la
vida vuela y no la veremos más.
Hoy he titulado el
escrito con la palabra “merienda”, pues hay una niña llamada Lucía, la quiero
mucho, en su día decidió celebrar su aniversario preparando una buena merienda
con cosas muy ricas, tenía cantidad de dulces como almendrados, marquesotes, en
fin gran variedad de refrescos y varias cosas más. Invitó a su familia y
amiguitas, yo estaba muy pendiente por que fuese un día memorable ya que sólo
se celebra una vez al año. La niña disfrutaba con el goce de los niños ante los
regalos y la alegría que todos le ofrecían. Ella con sus propias manos troceaba
unas lonchas de jamón, bizcocho y algo más, para que todos sus invitados lo disfrutaran en ese día.
En el patio, que era
grande, había muchas plantas y jaulas con pericos de colores y pájaros, ellos
parece que también participaban en la fiesta porque sus trinos ofrecían
animación a los niños que jugaban y saltaban con alegría, disfrutaban de lo
lindo.
Qué grata es la
juventud para el que sabe aprovecharse de ella, que la historia se nos una a lo
que hoy celebramos con cariño y amor porque al ir pasando los años es cuando se
aprecia las vueltas que vamos dando. Debemos aprovechar los buenos ratos que
nos ofrece la vida y disfrutarlos con amor.
Como lo haces tú, Lucía, y nosotras en tu compañía, siempre grata.
ResponderEliminarQuerida Lucía: Tus meriendas son las mejores, tanto las de antaño como las actuales. Aquí hemos podido degustar de tus habilidades en la cocina, no pierda la costumbre, soy una admiradora de tu arte culinario.
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