Yo lo confieso. Sí,
tengo miedo de la sombra que nos persigue desde que nacemos, o quizás desde
antes. Yo la vi aparecer por primera vez un día, cuando tenía cuatro años, ella
se llevó un tesoro que yo tenía, me lastimó, me hizo daño. Ella es traicionera,
llega de improviso sin ser invitada, sin avisar, sorda, muda, ciega; va a
tientas a ver a quién devora y cuando llega te deja vacía, con una pena y
desolación tan grande que nunca puedes deshacerte de ella.
Siempre me he
preguntado ¿por qué tiene que existir?. No es justo, ¿por qué te tiene que
arrebatar la felicidad?. Ella se lo lleva todo, además es “traidora ladrona”, se lleva lo que más vale: ¡La Vida!. Sí, tú… No
sólo te tengo miedo, te odio a ti y a tu
guadaña fantasmagórica. Vete, aléjate, no hagas daño a los que queremos seguir
caminando, déjanos vivir en este mundo junto a los que queremos, nunca es hora
de partir. Que nadie tenga que sentir el vacío a las espaldas porque tú
arrebatas vidas. La vida la queremos para la lucha diaria; sin ella no hay
esperanza.
Monólogo en el que se confiesa un miedo compartido por casi todos; no es nada difícil, por lo tanto, entender la magnitud de la fobia sobre la que nos habla tu escrito.
ResponderEliminarEncontraremos la formula para escapar de ella o encontrarnos en el paraiso besos
ResponderEliminarQue bien sabes expresar la realidad de eso que sentimos todos.Aunque como tu bien sabes hay algunas personas a las que les hace más daño que a otras.
ResponderEliminarSigue escribiendo que estoy segura que llegarás lejos.
Eres muy especial,te pongo un diez
Las sombras son nuestras compañeras, tenemos que familiarizarnos con ellas. Como no hay diez sin once, yo te pongo un doce.
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