Mi niñez y parte de mi juventud, huele a
jazmín. En mi tierra, con ellos y otras
florecillas, hacían una biznaga . El soporte era el palo seco de otra flor a la
que decían llamanovios, entre cuyos
pinchos se metían estas flores pequeñas, como unas nubecillas que nada más
soplar, se iban volando. Junto a ellas, se colocaban jazmines; una flor preciosa
con un aroma que se percibe en la distancia. Esta
biznaga procuraba hacerse cuando
había chicos y se les hacía pasar bajo ella; creo que de allí viene su
nombre. Los llevaban los vendedores
elevadas en una penca y se vendían por las calles y en las ferias. Aún hoy lo hacen. Yo me paro un rato para olerlas y, si puedo,
corto un ramito y me lo pongo en el pelo.
Ese es mi olor.
Huele a jazmín tu escrito, Teresa. ¡Qué bonitos recuerdos atados al olor de una flor tan preciosa!
ResponderEliminarTUS RECUERDOS SIEMPRE UNIDOS A TU JUVENTUD EN ANDALUCÍA SON MUY BELLOS.
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