¿Puede existir un aroma más intensos y agradable que el del
café recién hecho? Su olor es penetrante
y, tan sugestivo, que embriaga los sentidos.
Su infusión posee un sabor muy característico; es inigualable. Al saborearlo, puede parecer fuerte o suave
pero, siempre seductor. ¡Qué gusto da
tomarlo!, sobre todo por las mañanas.
Nos recreamos la vista con tan solo mirarlo. Experimentamos sensaciones al olerlo. Nos gusta oír el gluglú al salir de la
cafetera y ese sonido casi imperceptible al verterlo en la taza. Cuando lo tocamos, ¿qué emociones podemos
percibir?. De tersura y suavidad cuando
aún está en el arbusto, de firmeza y rigidez en grano y de sutileza una vez
molido. ¿Quién puede dar más?.
El café es un producto apreciado en casi todo el mundo. Es una bebida que ingerimos de muchas
formas. Se puede tomar solo, con leche,
con hielo, con chocolate…, de todas las maneras resulta ser un brebaje
exquisito. El café es estimulante y está
considerado como una bebida social. ¿A
quién no le han invitado alguna vez a tomar un café, un cortado, un
cappucciono?. Es lo más frecuente y
oportuno. Quien invita, queda de
maravilla y, el que lo toma, complacido.
Resulta paradójico –en este caso en concreto –que quien
escribe sobre los olores y cualidades del café, no suela tomarlo. Pero, ¡eso
sí! su aroma, me fascina.
Paradójico resulta, desde luego. Ahora bien, esta apología que haces del café y sus maravillas, seguro que la suscribiría con los ojos cerrados cualquier café-adicto –yo la primera –.
ResponderEliminarMUY BIEN POR ESA BEBIDA CASI UNIVERSAL A PESAR DE QUE YO NO SEA ADICTA PERO, ESO SI, APRECIO SU AROMA.
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