Desde el primer día que entró en mi casa, saludó a mi
madre con respeto e incluso con nosotros, los chicos, era siempre serio y
cortés, y nada en sus actos me hizo sospechar lo que supe después.
Mi madre nunca llegó a pensar que aquel joven tan apuesto
pudiera ser el hijo de mi esposo, él nunca le había dicho nada y ella jamás
imaginó que sus hijos tuvieran otro hermano.
El joven era tan atento que no tardó en ganarse a la
familia así que, se quedó con nosotros para siempre. Su madre había fallecido y no tenía a nadie
más en la vida. Bueno, ahora nos tendría
a nosotros: su padre y sus hermanos.
Encontró una familia, así que además de serio y cortés, era también afortunado tu personaje, Elda.
ResponderEliminarUn hermano así es un regalo. Bonito relato, real o ficticio es precioso.
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