Entró de
puntillas al libro una noche de abril. Aprovechó
que ya todos dormían y, nada más entrar, vio como el lobo seguía a Fray Perico
que, montado en el burro, tomó la cuesta abajo.
Unos leñadores, al ver al lobo tras Fray Perico, tiraron las hachas y se
subieron al pino más alto. También el
tío Garrapatas, nada más verlo, se metió en un saco de harina, mientras que el
tío Pistolas, el cojo, llegó más aprisa al pueblo que cuando tenía las dos
piernas sanas. Esa noche el niño Pablo
no pudo dormir y al día siguiente no pudo ir a clase. Aquel libro tuvo la culpa.
Bienvenida al blog, Zoila. Lo has hecho con un relato muy simpático, basado en el libro infantil Fray Perico y su Borrico. Una buena entrada, te felicito.
ResponderEliminarMe parece estupendo el relato y, te doy la bienvenida al taller.
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