Era ciega de
nacimiento y se defendía muy bien. Iba a
pasear cerca de la casa, donde había una finca ecológica que tenía muchas
hierbas aromáticas. Las conocía todas,
aunque no las viera.
Un día, fue
a un conocido oftalmólogo que cuando la observó le indicó que deseaba operarla
porque estaba seguro de poder devolverle la vista. Le costó decidirse pero, al final, aceptó.
La operación
fue un éxito. Le parecía mentira
disfrutar del prodigio de la vista. Todo
era nuevo para la antigua ciega de las hierbas, ¡tenía mucho que conocer y
aprender!
Breve relato que narra, sin embargo, la enorme hazaña de devolver la vista. El contraste de tan diferentes proporciones hace que cada una de ellas crezca con la otra.
ResponderEliminarUn relato contado con ternura como todos los tuyos. El final feliz, es lo más bonito, tanto para la protagonista como para las demás personas de su entorno
ResponderEliminarQuerida Elda, como siempre me ha encantado tu relato, tienes la virtud de saber llegar a quien te lee, Un abrazo y animo.
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