Nos lo
contaba a las niñas en la plaza del pueblo.
Era una señora muy mayor, bisabuela de una de mis amigas del cole, a quien llamábamos tía María. La escuché contar lo mismo varias veces y, a
pesar del tiempo transcurrido, ha permanecido grabado en mi mente.
Comentaba
que, cuando ella vivía en Cuba, conoció a un matrimonio joven que había tenido
un bebé precioso, que vivía en una casa con los techos hechos de hojas de
palmeras y cocoteros, como casi todas las familias campesinas del lugar y la
época. Nos contaba la tía María que la
madre del bebé llegaba a casa después de su trabajo, tan rendida que se ponía a
dar el pecho al niño y se quedaba profundamente dormida. El crío, sin embargo, estaba cada vez más
delgado y débil y tenía su tripita muy abultada. De tal manera lo vieron que lo llevaron a la
curandera. Ésta les dijo que el niño
padecía de raquitismo por falta de alimentación.
La madre del
niño manifestaba que no podía ser, porque ella amamantaba a su bebé y éste la
dejaba sin leche de lo bien que comía.
Pasaron unos
días hasta que el niño enfermó de gravedad; parecía un trapito. Fue entonces cuando el padre de la criatura
empezó a sospechar de su esposa. Pensaba
que tal vez no le daba de comer al niño como decía y, por eso, optó por
espiarla.
Su pasmo fue
enorme cuando comprobó lo que ocurría en cuanto su señora se dormía. Una vecina que moraba en el techo de la casa
entre las ramas, bajaba muy sutilmente, ponía su cola en la boca del niño,
mientras ella mamaba del pecho de la mujer.
Así quedó aclarado el raquitismo del pequeño que pronto se repuso.
Por
supuesto, en esa época de la infancia yo me lo creía todo y me daba mucha pena
el bebé. Ya de mayor supe que no podía
ser real, habida cuenta de que las serpientes son ovíparas y por lo tanto no
pueden mamar. Seguramente, el cuento de
la tía María sería una leyenda popular cubana.
Son cosas que se oyen tanto, que terminan siendo leyenda y, a veces, las creemos como me pasó en mi infancia.
ResponderEliminarMuy buen relato. Mantiene la atención y la tensión hasta las últimas líneas.
ResponderEliminar