Me
encontraba paseando por la carretera junto a mi abuelo, cuando oímos un ruido
diferente a los habituales del lugar.
–Viene una carreta y además viene vacía -me aseguró él.
–¿Cómo lo sabes? – le pregunté asombrada
Mi abuelo,
que está casi ciego, me contestó:
–Porque hace mucho ruido.
Yo pensé:
igual que las personas, que cuanto más vacías están y menos cultura tienen,
como defensa, están alborotando y hablando constantemente, porque son las
únicas armas que poseen para hacerse notar.
Breve y contundente relato con sabia moraleja final. Me encantó porque, sin hacer ruido, dice mucho.
ResponderEliminarGran contenido en poco espacio. Difícil de realizar, pero tú, has sabido contarlo con maestría, eso es lo que importa.
ResponderEliminarBegoña Hernández.
ResponderEliminarHermosa parábola que define muy bien de cuanto ruido nos hacemos acompañar para cubrir nuestras carencias...Como siempre tanto dicho y con que pocas palabras tan precisas nos haces llegar el mensaje.Enhorabuena.