Mamá,
Tengo tantas cosas que contarte y que agradecerte que haría falta un libro para
narrar los años que pasé a tu lado.
Todas las tonterías que pudieran existir –según tus palabras –pasarlas por
un cedazo, y fíjate, mamá, que después de pasar este trigo, dijéramos más duro,
en el fondo del cedazo solo estaba la mies, clara y resplandeciente de tu amor.
Y
del cariño con el que criaste a tus ocho flores, como tú nos llamabas. ¿Cómo olvidar los milagros que hacías para
guisar aquellas comidas tan buenas y con tan poco dinero? O cuando querías
llamar a uno y nos nombrabas a los ocho, y Luisito decía, llámame Sergio que no
tienes ninguno.
Mamá,
no dejo de preguntarme cómo hiciste para hacernos respetar tanto a papá, pues
no hay que negar que le gustaba una copita, bueno…,una detrás de otra, siempre
según tus palabras. ¿Cómo lograste que
los ocho no sólo lo respetáramos sino que lo adoráramos? Y él nos correspondía y compartía todo lo que
tenía con nosotros.
Mamá,
me gustaría seguir hablando contigo pero las lágrimas me lo impiden porque hoy
hace once años que te fuiste.
Te quiero, mamá. Mañana continuamos hablando...
Franca, sincera conversación con un ser que a pesar de haberse ido, siempre permanecerá. Me gustó el tono que has usado.
ResponderEliminarAfortunadamente yo tengo la suerte de decirlo en vida y sabes lo que pienso? Que si esa mamá lo hizo bien, la mía la ha superado en un 200 %. Te quiero mamá.
ResponderEliminarHablar de una madre cuando no está no es nada fácil pero, tú lo has clavado. Es el monologo mas profundo y emotivo que he vivido.
ResponderEliminarTia nena soy tu sobrina Ashley, como puedes expresar estas cosas tan lindas de abuela. Te mereces un Nobel; no dejes de escribir NUNCA. Un beso te quiero
ResponderEliminarHola Elvira: Te felicito por la narración a tu madre me emocione mucho la retrataste tal como era una gran señora y luchando por sus hijos eran un matrimonio que siempre se estaban riendo y lo pasábamos muy bien juntos con la mía la narración fantástica un beso charo
ResponderEliminar