Lourdes, como cada
tarde, estaba sentada en su silla favorita frente a la ventana. Mientras cosía,
dejaba volar su imaginación pensando que sería de su vida en el futuro. Veía
cómo los pájaros en la bahía volaban de un lado a otro libremente, pensaba, si
yo fuera como ellos, iría también de un lado a otro para explorar nuevos
horizontes y ver, desde lo alto, donde se quieren parar.
Hace mucho tiempo que
Lourdes busca nuevas perspectivas, quiere cambiar de forma de vida, de ciudad, de todo. Por eso, envidia tanto a los
pájaros que pueden ir de un país a otro en cada estación del año y siempre
tienen una casa diferente esperándolos. Ella siempre , ¡ay si yo fuera pájaro!.
Además de que puedan volar, le fascina el plumaje, bello traje, así se puede
viajar, sin tener nunca exceso de
equipaje. Todas sus pertenencias las llevan con ellos; hasta las urracas son
capaces de llevar sus joyas en su pico: forman parte de su equipaje. ¡Yo quiero
ser pájaro…!
Bueno, podemos volar con las alas que nos dan las palabras, como tú misma has hecho y muy bien.
ResponderEliminarTu imaginación te lleva a volar con los pájaros y conocer otros lugares del mundo. Muy bonito y factible; me encantaría volar junto a ti y conocer muchas partes del planeta, así no volarías sola, puede resultar aburrido; luego escribiríamos un libro contando nuestras andanzas. ¿A que sería bonito? Soñar es gratis y gratificante.
ResponderEliminarTodos hemos soñado con eso alguna vez, pero nos conformaremos con volar con nuestra imaginación, así también podemos ir donde nos apetezca. Y, si después, lo plasmamos en una narración, como lo has hecho tú, nadie nos podrá poner límites. Un abrazo.
ResponderEliminarA mi también me gustaría ser pájaro, para viajar sin necesidad de cargar maletas. Mª Dolores.
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