Estoy en mi pasado. Me
paseo por él. Sé exactamente donde voy, de la misma manera que conozco para
qué: me encuentro en los días felices de la infancia, los juegos, excursiones,
el cariño de mis padres, la compañía de los hermanos, la inocencia de los pocos
años. Efectúo una parada en el colegio, siento en mi interior el fervor de la
primera comunión, la responsabilidad de los estudios. Me veo yendo a los cines,
¡cuántas ilusiones!, ¡cuántos domingos maravillosos!. También en este
placentero recorrido, aparecen tímidamente los viajes a la península ibérica e
islas. Llego al sendero de la tristeza, cuando fallece mi padre, pero hay que
seguir. Me adentro en el pasado laboral; una ruta intensa, muy provechosa,
hasta que aterrizo en la pista de la jubilación. De nuevo, cruzo la calle de
las penas; todos mis seres queridos se van de mi lado, dejándome invadida por
la tristeza y soledad. Descanso un momento, sólo me queda un pequeño trecho.
Vislumbro a lo lejos una gran mansión, en dos zancadas me planto en su puerta.
La abro con discreción, ¡oh!, ahí está mi presente. Sin ningún miramiento, me
abrazo a él, rebosante de anhelo y esperanzas.
¡Cómo has crecido como narradora! Este relato es una muestra de ello y tenía que decírtelo. Excelente trabajo con un final bordado. ¡Qué paseo tan grato! Bravo.
ResponderEliminarNos has llevado de la mano por tu vida de una forma maravillosa. Al final, no pude evitar emocionarme. Te felicito Dolores, hermoso tu relato.
ResponderEliminarEstá lleno de vida, de recuerdos, de ternura, recuerdos que son tesoros. Un relato muy bonito te felicito.
ResponderEliminarMe parece que este relato te lleva de cabeza al primer plano de las narraciones cortas. Me ha parecido una obra de. arte Felicidades..
ResponderEliminarEs maravilloso el paseo que haces por tu pasado, pero mas maravilloso ver como te abrazas al presente.Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMe encuentro emocionada. Gracias a todas por vuestros comentarios. Me sireven y animan para seguir adelante.
ResponderEliminarDolores.