Como cada día desde hace tiempo, se disponía a salir en
busca de trabajo, cuando sonó el teléfono.
Al contestar, la joven se sorprendió porque la llamada le avisa de que
debe acudir a una entrevista; necesitan una profesora en educación
especial. La noticia la dejó aturdida;
después de tanta búsqueda, por fin había llegado la noticia esperada.
A medida que se acercaba al lugar, era más evidente su
nerviosismo. Tocó en la puerta con
decisión y al abrirse, ante sus ojos aparece el rostro de su mejor amiga.
–He venido a una
entrevista, ¿qué haces aquí? –le pregunta sorprendida.
–No te enfades, hoy
es día de los Inocentes y he querido gastarte una inocentada.
El título cobra todo el sentido al final del relato. Definitivamente, dado los tiempos que corren, gastar bromas de este tipo es de mal gusto; ¡hay bromas y bromas!
ResponderEliminarA mí, que no no vengan con bromas de esa índole. Soy capaz de estrangular al bromista.
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