Parte de mi infancia y juventud
transcurrió, entre naranjos y almendros, en un bello pueblo del sur de
Tenerife. Allí vivíamos en una casa
antigua muy grande, de dos plantas con un patio central enorme lleno de
vegetación. En él había trepadoras y
enredaderas como la hiedra y la aromática madreselva, amén de un sinfín de
plantas con flores multicolores, arbustos y hasta un ciprés que miraba al
cielo, noche y día, incansablemente.
En la parte trasera del caserón, se
hallaba una extensa finca plantada de naranjos que, un barranquillo separaba de
la zona de los almendros. Imaginen ese
lugar en la época del azahar de los naranjos y las flores de los almendros. Se creaba una gran alfombra llena de color y
fragancias que envolvían la atmósfera agradablemente.
En la finca militaban cantidad de
animales, unos en cautividad, otros libres.
Éstos últimos campaban a sus anchas por las huertas, tales como palomas,
pájaros, patos, pavos, gallinas, gatos, perros…
Las vacas, cabras y cerdos no gozaban de esa autonomía pero, tenían
mucho espacio para moverse.
En verano nos solían visitar las
temidas moscas. Por eso teníamos, en
puertas y ventanas, una tela metálica muy fina que servía de mosquitero, además
del imprescindible aparato del flis. Era
un artefacto que llevaba un depósito que se rellenaba con líquido insecticida y
luego se propagaba dándole hacia adelante y hacia atrás a un mecanismo
manual. Era práctico y muy
efectivo. En la actualidad, seguramente,
será una pieza de museo.
En verano, mis amigas y yo, nos
bañábamos en un estanque de poca profundidad ubicado en la huerta contigua a la
casa. Lo vaciábamos para limpiarlo,
previamente. El esfuerzo valía la pena
para una semana de baño, por lo mucho que nos divertíamos.
Bonitos y evocadores recuerdos entre
naranjos y almendros, armonizados con las nostálgicas vivencias de mi infancia
y juventud.
Tú lo has dicho; bonitos y evocadores recuerdos en el bucólico marco de árboles y flores. Un espacio siempre maravilloso pero que, en el territorio de la infancia, adquiere calidad de paraíso. Muy bien contado.
ResponderEliminarESTOS BELLOS RECUERDOS ME APASIONAN Y GOZO LO INDECIBLE PENSANDO LO BIEN QUE ME LO PASÉ EN ESA ÉPOCA.
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