Soy un
hombre que la semana pasada cumplió cuarenta años que, por cierto, me están
sentando fatal. Aunque siempre he sido
muy dinámico, empiezo a resentirme y reflejo un aspecto cansado. Esta mañana, afeitándome, adiviné en mi
rostro algunas arrugas. Padezco el
síndrome de los cuarentones; la autoestima la tengo por los suelos.
Los amigos
que ya pasaron por esta edad, comentan la necesidad que tengo de vigilar mi
salud; pasar los chequeos médicos correspondientes y sacrificar algunos
caprichitos. Sufro un estado deprimente
que ha sido captado por mi jefe. Me ha
llamado a su despacho para aconsejarme la práctica de algún deporte. Así lo
hizo él, que ya tuvo que pasar por este calvario.
Siguiendo su
razonamiento, visité una tienda de artículos deportivos. Como la tarde del jueves la tenía libre,
aproveché la ocasión y fue allí donde ocurrió el acontecimiento. Mi pasmo fue mayúsculo cuando ella apareció,
apoyada en un expositor destinado a utensilios y productos para la pesca. Me sonrió; su rostro revelaba ternura, su
cuerpo poseía un aurea virginal y, portaba en su mano derecha una varita. ¡Es un hada! Esta varita lo confirma,
recuerdo que pensé nada más verla.
-Sí, soy el
hada que sana las heridas del alma. Me
he enterado de tu estado de ánimo y he acudido a ti dispuesta a ayudarte. Tienes que luchar, no dejarte vencer por el
tedio de los años; debes disfrutar de ellos más bien.
Después de
decir esto, me entregó una caña de pescar, diciéndome al mismo tiempo, que la
usara bien, día tras día, sin desistir, para que un día de estos le contara que
había ido a pescar y había vuelto cargado de estrellas. A continuación, desapareció de mi vista.
Salí de la
tienda, muy confortado, con mi mágica caña, dispuesto a repescar las ilusiones
perdidas.
Menos mal que aún existen estas hadas madrinas que nos resuelven heridas del alma. Pues tú, como ellas, has resuelto muy bien esta tarea impuesta de ir a pescar estrellas.
ResponderEliminarTU IMAGINACIÓN TE LLEVA POR VARIADOS CAMINOS, CASI SIEMPRE POSITIVOS. ESTE DE LOS CUARENTA AÑOS, NO LO ES TANTO; A ESA EDAD, SE GOZA DE JUVENTUD CASI PLENA. ESPERA QUE LLEGUEN LOS SESENTA Y MÁS, ENTONCES, NI EL HADA LE QUITA LA DEPRESIÓN AL PROTAGONISTA. EL RELATO MUY BONITO.
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