Allá por los años cincuenta, Sara tenía diez años y se iba
de vacaciones a una casa de la costa que
tenían los tíos. Ellos viajaban de vez
en cuando a este lugar y, a veces, la llevaban.
Mientras estaban allí, comían con lo que el tío
pescaba. La tía y ella guisaban las
papas, preparaban mojo y con eso y fruta ya estaba listo el almuerzo. Uno de aquellos días fue diferente. En la playa, había un nido de ametralladora
en el que la gente entraba para disfrutar un rato de la sombra. Ese día encontraron allí un hombre
muerto. El tío de Sara tuvo que ir a
buscar a la guardia civil y, entre una cosa y otra, llegó la noche. A esa hora se fueron a pescar para comer algo
pero, como no hubo pesca, se llevaron todas las estrellas del cielo para la
casa. Aquella noche cenarían estrellas.
Breve y bonito. Poética manera de poner fin a una historia: llevarse las estrellas a casa para engañar al hambre con ellas.
ResponderEliminarLAS ESTRELLAS SON UN TEMA RECURRENTE, VALE PARA CASI TODO. BONITO RELATO
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