Quiero buscar un lugar donde
esconderme, pues siento mucho miedo. ¿Qué es ese espantoso ruido?, parecen
aullidos. Al escucharlo se hiela mi
sangre. Vienen del piso inferior de la casa, probablemente algún animal salvaje
ha entrado por la ventana.
Aterrada, entro en mi habitación y
me escondo en el armario.
Temblando, acurrucada en un rincón,
permanezco largo rato; me parece una eternidad. Por fin, los aullidos cesan. Espero
hasta estar segura de que el animal se ha ido y salgo con cautela.
Bajo despacio las escaleras que van al salón cuando, inesperadamente, aparece
mi hermana, dándome un susto de muerte.
-
Donde te has metido, llevo rato buscándote –me reprocha.
-
¿No has oído esos terribles aullidos?, -le pregunto, abriendo mis ojos como platos. ¡Estoy segura,
de que había algún animal terrible dentro de la casa!.
-
¿Aullidos?-responde mirándome con desconcierto
-
…Ahhh, ya
entiendo- y soltando una sonora carcajada, agrega:
-
No era ningún
animal, es que ayer comencé mis clases de violín y estaba practicando.
Buen ritmo, lenguaje efectivo, giro final inesperado que invita a lo lúdico y divertido. Relato bien logrado. Muy bien.
ResponderEliminarSolo puedo decirte...'Felicidades!
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