Vueltas daba Hitler y por un rincón,
al son de la Lira, allí lo encontró. ¡Ay, querido Nerón, por fin nos vemos!.
Las vueltas del mundo, era de esperar que en este rincón nos fuésemos a
encontrar, con el calorcito estás a gustito. No, querido Hitler, no es lo mío,
pero a ti, querido, te viene al pelo. Así tú triunfaste, así tú viviste y en la
otra vida, mira cómo estás: con las mismas llamas con las que hiciste
desaparecer a todo tu pueblo. ¡Cállate,
Nerón! Que con tu veneno y tus catapultas, ballestas y demás, igual con tu
pueblo hiciste, y en este momento, no nos queda otra que estar aquí
compartiendo apartamento, tú por tus hechos, yo por los míos; ¡compartimos
jefe!
El encuentro imposible se hizo factible en el único lugar viable: ¡el infierno!. Reto vencido
ResponderEliminarDos personajes antagonistas que gracias al infierno pudieron encontrarse. Estupenda narración, que hace honor a tu fantasía literaria..
ResponderEliminarTal para cual. Igual de malos y perversos, en eso si que coincidian. Mª Dolores.
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