Rumores y más rumores…¡Estoy
harta de infundios y lenguas viperinas! ¿Es que la gente está aburrida o es que
les gusta regodearse con el mal ajeno?.
Visto lo visto, quiero pensar que simplemente somos cotillas por
naturaleza.
¿Cómo se atreven a
decir que Juan el carnicero está liado con Carmita la panadera? Eso no se lo cree nadie. Todos en el pueblo sabemos que Juan adora a
su esposa y se desvive por sus hijos.
Claro, como la pobre Carmita enviudó hace cuatro años ya -¡que en paz
descanse tan buen hombre! –pues ya le andan buscando pareja. Son todos unos metiches…, desde luego.
Pero, ahora que lo
pienso bien, el otro día los encontré hablando a los dos solos y cuando notaron
mi presencia, cada uno disimuló como pudo.
Yo, que no soy malpensada ni me gustan los chismes, solo les digo lo que
sé, pero sólo porque así me lo contaron, que conste.
Muy bueno, Mima. Las apariencias engañan, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces: de esas dos máximas parece hablar tu relato. Me encantó el giro final que haces, cuando quien critica los chismes termina por ser igual de chismoso.
ResponderEliminarCosas de la vida. Esas situaciones se dan más de lo recomendado. Las críticas deben ser positivas, nunca malintencionadas. Has hecho un relato aleccionador.
ResponderEliminarMuy Bueno... Gran Imaginación Mima.
ResponderEliminarAmalia.