En un barrio de Madrid llamado Chamberí y en medio
de una familia humilde, nació una niña a quien pusieron de nombra Rosa. Es muy bonita porque vino al mundo con una
sonrisa en la boca. A medida que va
creciendo, la niña ayuda mucho a su madre en los quehaceres del hogar y mientras
lo hace se le oye cantar y cuando no, de vez en cuando, le cuenta chistes a su
madre y las dos ríen de felicidad. Rosa
le brinda a su madre mucha alegría.
Cuando salen a la calle madre e hija, todo el mundo las saluda con un
¡adiós, alegría! y Rosa contesta con frases alegres. En el colegio, tanto sus profesores como sus
compañeros, la aprecian mucho por su vivacidad y la felicidad contagiosa que
desprende. El apodo que lleva lo tiene
más que ganado y merecido: Rosa Alegría,
así será por siempre conocida.
Tan contagiosa es que, mientras leemos, nos vamos llenando de esas sonrisas y esa alegría que desprende tu relato, Carmita.
ResponderEliminarAcariciadora la imagen de esa niña dulce y risueña. Como de costumbre nos llenas de alegría contando historias que nacen de tu mente, bonitas y tiernas.
ResponderEliminarcomo se lllama la pintura que utilizaste
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