martes, 6 de mayo de 2014

DULCE ALCANTARILLA de Antidia Iraida.





Soy una alcantarilla dulce y muy muy olorosa a quien  le gustan las ciudades, cuanto más grandes  mejor. Disfruto pasear en las profundidades donde  no me vea nadie, para dar rienda suelta a mis más inconfesables vicios.
Allí veo películas, donde sus protagonistas tienen grandes melenas, otros son calvos por el paso de los años. No necesitan maquillaje escénico,  ellos mismos ya lo traen incorporado de nacimiento, otros son alargados con muchos pies que hacen de trenes en las escenas de trenecitos. El catering nunca les falta, entre un rodaje y otro, cada día el menú es diferente, depende de lo que se sirva  fuera, y a la hora de la siesta, entre sueños, procrean sin ningún reparo, ambientados por la música y los grandes perfumes de esos jardines maravillosos con olor a magnolias y romero, salpicados con chispas de Chanel Nº 5; ¡qué belleza!. Se me expande el corazón de tan bello sueño; qué pena que no lo podamos traer a la superficie y disfrutar del paisaje a la hora de comer. ¿Se imaginan una comida familiar con tan lindo vergel?, de sólo pensarlo mi estómago empieza a clamar la hora de comer, y mis ojos se abren desmesuradamente sólo de imaginar  los ricos pasteles de postre,  ¡hummmm! ¡qué feliz me siento!, y eso que todavía no disfruto del momento, pero ya lo siento cerca, y se me está haciendo la boca agua, sólo de pensar en ello. ¡Buen provecho, queridos comensales y buena digestión!.



2 comentarios:

  1. Sí que es dulce esta alcantarilla, claro, no podía ser de otra forma; con tanto almíbar se le sube la glucosa, incluso a las cloacas. Muy gracioso.

    ResponderEliminar
  2. Simpático relato con una alcantarilla dulce de protagonista. Los postres lo mejor.

    ResponderEliminar