Soy una dulce y maliciosa
alcantarilla que se tragó una vez a un niño, sin que su madre se diese cuenta. Esta
es una historia verdadera que le ocurrió a una vecina. Al ir paseando por la
calle del Barranquillo con su hijo de unos 6 años detrás de ella, una de las
veces que miró para ver si el niño la seguía, descubrió que éste había
desaparecido.
Gracias a Dios que un
señor vio como el pequeño había caído dentro de una alcantarilla y lo
rescataron rápidamente.
El niño salió sano y
salvo. Ese chico ahora tiene 40 años y todavía recuerda a la dulce
alcantarilla.
Dulce fue con él, desde luego, porque lo devolvió sano y salvo. ¡Qué experiencia tan desagradable para ambos; madre e hijo!
ResponderEliminarVivir para ver, Hay que ver lo que pasa en la vida real. Menos mal que el final fue feliz.
ResponderEliminarSu angel de la guarda le protegió. Eso fue un milagro. Mª Dolores.
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