Me he dado cuenta de que
no existe pasado ni futuro, sólo presente y deberíamos aprovecharlo en algo
más. Saber darle la importancia que tiene para nuestra vida, tanto sentimental,
emocional como espiritual. Todo cambiaría, no sufriríamos tanto sino lo justo
que nos toque en el momento. La felicidad sería más larga, más dulce y más
duradera. En estos días tan especiales para mi espiritualidad, mi sentimiento
se ha renovado, sé quiénes son mis seres queridos de verdad tanto familiares
como amigos. He sentido la necesidad de abrazarlos, besarlos y sentir su calor
y olor que es muy importante para mis sentimientos. Me siento feliz como nunca
y sé cómo ellos, a pesar del susto que les he dado, también lo están. Yo estoy
pletórica, le doy gracias a Dios cada segundo del día, sé que me quedan muchas
lecciones y estoy contenta de aprender y enseñar. Pero estoy para hacer lo que
tenga que ser. Él es el que gobierna mi ser y yo estoy contenta de que así sea
y de saber valorar esas pequeñas cosas que son nuestro más preciado tesoro.
Dios mío ¿cómo darte las gracias por estos momentos vividos?.
Feliz y emocionado regreso, Carmen. Me alegro contigo, con la misma intensidad, de la misma forma, igual que me contenta haberte conocido y que formes parte de mis tardes de miércoles, de esa parcela de mi vida que tanto amo; la de compartir sueños y palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarCuenta con una compañera que te admira. Esa soy yo; me gustaría que siguieras pensando que el presente es lo más importante de nuestras vidas. El pasado, lo dice su nombre, pasado está y..., ¿el futuro?????
ResponderEliminarTambién le debes de dar gracias a Dios por abrir tu mente y ver todo con tanta claridad pocas personas tienen ese regalo. Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad amiga que hay tanto por agradecer.... y lo primero que agradezco yo es que te haya puesto en mi camino y formes parte de mi vida. Ana.
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