martes, 22 de abril de 2014

MI CASA Y LA DEL SEÑOR PÉREZ de Candelaria Díaz.





Les cuento que en mi casa hubo un misterio que se prolongó por muchos meses, pero al fin se aclaró.
Estando mis padres por los Madriles, yo noté  un fuerte mal olor en mi habitación, pero malo, malo de verdad.
Revisé, rebusqué y ni por esas, no había explicación.
Pasaron unos meses; mis padres volvieron y el mal olor ya no se notaba.
En Navidad, ayudé en la limpieza a la señora que tenía mi madre, en esa tarea rodábamos todos los muebles a fondo. Y mira por donde, misterio aclarado, lo vi, más tieso que Tutankamon, lo cogí con cuidado y bien envuelto, lo despedí de su última morada.
Descanse en paz el ocupa ratón Pérez.





3 comentarios:

  1. Corto, directo, con un ritmo y un tono que ya se ha convertido en tu sello personal, este microrrelato me gusta; su ingenio deja sonrisas en quien lo lee, ¿qué más se puede pedir?

    ResponderEliminar
  2. Sabes que me encanta tu forma de contar las cosas; a nadie dejas indiferente con ese modo tan peculiar y divertido que te caracteriza.

    ResponderEliminar
  3. No me gusta que el ratón se llame Pérez. Le tenías que haber bautizado con el nombre Rodolfo. El ratoncito Pérez
    no puede morir, se acaban las ilusiones de los niños. Mª Dolores.

    ResponderEliminar