Cuando llegó la moda de bailar
sueltos me enloquecí; en todos los saraos bailaba sin parar, giraba a mis
anchas como una peonza, intentando no tropezar con nadie. ¡Claro! Entonces era
joven, dinámica y… disparatada.
Luego, con los años, llegó el
sosiego, esa calma que requiere la edad madura; ya no tengo ese ímpetu para
bailar como en mis años mozos; ahora, esos bailes vertiginosos de antaño se han
trocado en bailes agarraditos a mi pareja. Pienso que bailar pegados es bailar
y no corretear dando saltos y vueltas sin ton ni son como en la lozanía de mi
vida.
Todo tiene su momento y cada época requiere lo suyo, creo yo, sin embargo, eso de bailar pegados no es ajeno a ninguna; me parece a mí que, independientemente de la edad que se tenga, bailar pegado al otro siempre es agradable.
ResponderEliminarYo te he visto bailar en las excursiones y todavía tienes mucho garbo para dar los pasos. !Adelante Mari!. Ahora se baila
ResponderEliminarseparados, yo lo prefiero. Mª Dolores.
¡Que bueno es bailar y poder hacerlo se tenga la edad que sea!.
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