Doña María tenía 90
años y consideraba que tenía que vivir una vida más. Después de pensárselo
mucho, decidió hablar con Dios. Señor,
quiero tener la oportunidad de disfrutar de una vida más; en esta ya sabes lo
que he hecho, pero necesito dos vidas por favor, ésta que ya he quemado y otra
más.
Dios preguntó ¿dime,
mujer, para qué?. Señor, para no equivocarme y poder estar en este cielo
siempre, perdona mi osadía, pero es usted tan generoso… confío en que podamos
llegar a un acuerdo… Bueno, mujer, regresa dentro de 50 años. ¡Gracias señor!.
Si no cumplo, ¡llámeme antes!.
¡¡Qué sabia doña María!! Ella bien sabe que el que no llora, no… Jugó bien sus cartas, sin duda alguna.
ResponderEliminarMe encanta doña María, su ilusión, su osadía, su bravura. !Qué señora!, con 90 años, cuanta valentía. Mª Dolores.
ResponderEliminarA la vida no hay que ponerle barreras, eso es lo que hizo Doña Mária, un ¡hurra! por ella.
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