Raúl era un
muchacho tímido y retraído. Tenía unos
rasgos finos y afeminados por lo que, los chicos del barrio se burlaban de él y
los vecinos, que eran gente sencilla, murmuraban a sus espaldas. Éstas eran razones suficientes para que el
chico sufriera y no quisiera salir de casa.
Los padres
estaban preocupados porque veían que su hijo lo pasaba muy mal y cansada de
verlo así, un día su madre se decidió a preguntarle si deseaba ir a vivir con
su tía que vivía en el extranjero. Raúl
contestó que sí.
Pasaron unos
años y aquel chico tímido dio un cambio total.
Su aspecto era otro; se había cambiado de sexo. Ahora era una joven muy atractiva, alta,
delgada y elegante. Raúl dejó de
llamarse así y su nombre ahora era Raquel.
Raquel iba a
una escuela de modelos y como tenía un sello especial que la hacía destacarse
de las demás chicas, se fijaron en ella y fue contratada por un conocido
modisto para que paseara sus famosos vestidos por todas las pasarelas del
mundo. Ella estaba como loca porque se
había cumplido su sueño.
Su pasado
había quedado atrás. Sus padres han
guardado su secreto y Raquel finalmente ha logrado ser feliz.
¡Que bonita historia! me ha encantado. Ya se que hoy día esto no parece tan difícil, pero antes si que lo era. Felicidades
ResponderEliminarGenerosidad y sencillez al servicio de una historia singular; fondo y forma.
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