A
causa de la guerra civil, una pareja, como tantas otras, se vio obligada a
separarse así que, todo lo que sentía el uno por el otro, se lo decían a través
de cartas. Así fue durante un tiempo
hasta que, pasaron unos meses sin que ella recibiera noticias. Ella seguía escribiéndole y en sus cartas le
rogaba e insistía en que por favor contestara, que no podía vivir sin recibir
noticias tuyas, que sus cartas le hacían tanta falta como respirar, que eran su
vida. Si no las iba a recibir más, mejor
sería morir, ¿por qué aquel silencio?.
Ella pasó meses de profunda tristeza y congoja, mientras seguía
esperando en completa incertidumbre.
Pasado
el tiempo, llegaron todas las cartas juntas, en un solo paquete aunque con el
nombre de un remitente desconocido que le contaba que su amado había caído en
aquella cruel guerra.
Otro relato atado a los recuerdos de la guerra, cuyas estelas aún perduran. Con él comprobamos que, alejada del tono jocoso que sueles imprimir a tus escritos, también lo haces muy bien.
ResponderEliminarPrecioso tu escrito, el tono desgarrador de la ausencia se siente en la narración. El final dramático pero certero de aquellos tiempos que ojalá no hubieran existido. Hasta esta tarde.
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