Siempre he tenido la seguridad de poder imitar a Campanilla,
el hada prodigiosa del cuento de Peter Pan.
Volar es mi ilusión; volar surcando los cielos, cruzando los mares,
atravesando montañas, venciendo huracanados vientos…, y desde las
impresionantes alturas, echar un vistazo y contemplar la pequeñez de los seres
que invaden la tierra. ¡Sería extraordinario efectuar este sueño!.
Como ave mensajera de hermosa y romántica primavera, percibí
que iba a emprender el vuelo entre las flores.
Flores de primorosos tonos y matices, de formas diversas, de aromas
suaves o intensos; todos mágicos, envolventes, acariciadores…
Desde mi desbordante fantasía, me imagino provista de
cristalinas alas, que ayudadas por el viento, con delicadeza, emprenden el
vuelo entre las flores que, ligeras, se elevan hasta ponerse a mi lado. Me veo planeando entre ellas y, con suavidad
y firmeza, llego a las nubes de delicado algodón y allí me quedo dormida, al
rumor del canto de los querubines.
Confió plenamente en que esta hipotética quimera se haga
realidad para ver, entonces, cumplido mi sueño de volar entre las flores.
Pienso que, de algún modo, ya lo has hecho, a lomos de la imaginación, con las alas de las palabras, el empuje de la fantasía: ¡los prodigios de escribir!. Muy bien
ResponderEliminarEl mundo de la fantasía es grandioso, puedes realizar los sueños sin moverte del lugar donde te encuentres.
ResponderEliminarBuscando en las narraciones antiguas, he descubierto ésta, después de leerla, ya que en su día no lo había hecho, no
ResponderEliminarentiendo como se me escapó, ! con lo bonita que te quedó!. Estoy de acuerdo contigo, volar es magnífico. Mª Dolores.