Por medio de la presente, me dirijo a Ud., allá donde se
encuentre, para reprocharle algunos detallitos de su escabrosa vida. Su fama de
galanteador traspasó fronteras, debido a otro hombre llamado Tirso de Molina,
quien creó su figura.
Vuestra merced resultó ser un redomado machista, presumido, engreído,
así como un gran embaucador para las mujeres de su época. Conseguía seducirlas, a base de zalamerías,
hasta caer rendidas a sus pies. Por ser
inexpertas en el juego del amor, se creían todas sus patrañas. Entre ellas, se encontraba la dulce e
inocente doña Inés, deseosa de que algún hombre la amara.
No poseía escrúpulos, arropado por los de su entorno, que aprovechaban
sus correrías para introducirse en su particular mundo.
Deduzco que, si viviera en el actual siglo XXI, no se comería
una rosca, pues afortunadamente los tiempos han cambiado. A esta feminista solamente le resta, desde el
fondo de su corazón, desearle un plácido descanso.
Ya era hora de que alguien le leyera la cuartilla a don JuanTenorio. Muy divertido, Dolores. Buen trabajo
ResponderEliminarOriginal y simpática narración.
ResponderEliminarNo soporto el machismo. Me gustó como la conté. Mª Dolores.
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