Casi todo lo que ha
escrito Jamaica Kincaid se vivió antes y
después de que ella naciera, cuando a las niñas se les estaba todo prohibido;
casi hasta mirarse al espejo. Todo eran obligaciones; raro era la que no cocía
algo, aunque es verdad que yo he conocido mujeres mayores, de esa generación, que no
saben pegar un botón y pagan para subir un vuelto.
Con aquella educación
tan estricta, raro era que te convirtieras en una guarra –tal como reza en su
relato Chica –y panaderos así como los que ella nombra, los había también; aquellos que meten las
manos en todas partes: por eso se entiende que no quisieran que tocaran el pan.
En fin, que la de la chica del relato de Jamaica Kindcaid
que leímos en clase fue una generación muy castigada, lo mismo que la nuestra,
pero muchas –casi todas –lo superamos y
no nos convertimos en unas guarras, gracias a Dios.
Para situarse en el contexto, con tu escrito, invitas al lector a buscar el relato Chica de Jamaica Kincaid, para leerlo; de este modo quien te lea después, disfrutara a plenitud de tu siempre divertido punto de vista.
ResponderEliminarEscrito lleno de chispa e ingenio, como todos los tuyos.
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