En este mundo en el
que vivimos, desde que llegamos a él, debemos de comprender y tener presente
que tiene un fin, un único camino, por él transcurre nuestra vida, sabemos que
en unas fechas determinadas vamos cumpliendo años, lo celebramos con alegría,
pero al mismo tiempo, pensamos ¡uno menos!.
Sin la menor sombra de
culpa, no quiero olvidar que a la mitad del camino tenemos la ocasión de
recordar con cariño los pasos que hemos dado en el transcurso de este sendero
que nos llevará al final.
Llevamos en el corazón
los buenos ratos que esta vida nos ha
dado, por ejemplo este grupo que hemos elegido y donde nos reunimos los
miércoles; un lugar denominado Flores
del Teide, donde nos hallamos muy a gusto.
Nuestra profesora nos hace cada pregunta que nos deja temblando; muchas
veces tiene que contestarlas ella misma, pero bueno, aprendemos muchas cosas y
lo pasamos muy bien, hay un compañerismo de lo más bonito, nos llevamos
estupendamente.
Así llevaremos nuestra
vida, recordando alguna anécdota, aunque sea insignificante y, cuando lleguemos
al final de este camino, encontraremos una portada, nos detendremos y tocaremos.
Esta es la puerta del cielo, si nos abren bien, y si no, rezamos un
padrenuestro y damos media vuelta.
¡Qué gracia tienes Lucía! Es un placer escuchar tus escritos y compartir contigo las tardes de los miércoles. Ah! A ti te abren seguro. Un abrazo.
ResponderEliminarNos estamos ganando las puertas del cielo, eso es seguro y, con historias y el buen humor que Dios te ha dado, estamos todas encantadas.
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