Sociedad cargada de prejuicios, donde gobierna la
prisa y manda la razón. Por eso,
rebélate contra todo lo impuesto y di:
Nunca
dejes de soñar
Nunca
dejes de amar
Nunca
dejes una devoción por una obligación
Nunca
dejes de sonreír
Nunca
dejes de ilusionarte
Nunca
dejes la familia por un trabajo
Nunca
dejes a un amigo porque te falló
y
Nunca
dejes de creer en ti.
Porque, si nos dejamos envolver y sucumbimos ante
esta vorágine de vida impuesta, ¿qué queda de nuestro ser?
Por eso, por favor te pido:
¡Nunca
dejes de ser tú!
Apasionado llamado al Carpe Diem y, además, un entusiasta canto a la autoestima, de fuerza y energía contagiosa. Bravo.
ResponderEliminarEn esta narración te ha salido la vena poética que llevas dentro. Felicidades.
ResponderEliminarEsta narración te ha quedado preciosa. Me ha levantado el ánimo.
ResponderEliminarDolores.