Recuerdo, hace
años, usar un teléfono de disco. Marcaba el número metiendo el dedo en un
agujero que estaba en el aparato.
Pasaron los
años y, un día, me trajeron uno de teclado, parecía una calculadora.
Hoy ya no
usamos casi los teléfonos fijos, sino
los teléfonos móviles. La gente
ya no recuerda aquellos tiempos donde la gente devolvía las llamadas cuando
podía, cuando llegaba a casa.
Hoy todo es
inmediato, todo es instantáneo, parece que hay que responder siempre las
llamadas.
Eran otros
tiempos aquellos donde hablábamos con calma por teléfono, cuando llegábamos a
casa y respondíamos las llamadas… sí oíamos…
Sí, los tiempos van cambiando y con ellos, nosotros y nuestras costumbres…
ResponderEliminarLos tiempos adelantan que son una barbaridad. Todo era más tranquilo. Me gusta tu narrativa.
ResponderEliminarDolores.
Esos teléfonos antiguos pueden ser ahora objetos de museo. Bonita tu narración, me ha gustado mucho.
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